EL MUNDO DESDE EL PUNTO DE VISTA DE UN NIÑO CON AUTISMO
FRAGMENTO DE ÁNGEL RIVIÈRE.
Ángel Rivière nace Madrid en 1971 , y se especializa en Psicología. En 1978 comienza a trabajar con niños autistas junto a la Asociación de Padres de Niños Autistas (APNA), a lo que dedicaría tanto su carrera profesional como su labor científica e investigadora.
Rivière abordó el estudio del autismo tanto
desde las alteraciones en el desarrollo psicológico del paciente, como a las
habilidades de interacción social del sujeto autista, y a la
intervención conductal de psicólogos en el autismo. También trabajó
aspectos clínicos como procedimientos de evaluación, tratamientos, etc.
A continuación te presentamos este bonito fragmento de Ángel Riviére sobre una mirada
al mundo desde el punto de vista de los niños autistas y, por supuesto, te recomendamos que conozcas toda la obra de este genial científico :
QUÉ PEDIRAN LOS AUTISTAS (Ángel Rivière)
Facilítame que comprenda.
No me hables demasiado ni demasiado deprisa.
Muéstrame, en el sentido de lo posible, el sentido de lo que me
pides que haga.
Necesito jugar y compartir el placer. Juega conmigo, me gusta.
Lo que hago no es absurdo, tiene una lógica.
Ponme límites, eso me facilita saber que existes.
No me agredas “químicamente”.
Necesito más estabilidad de la que tú necesitas.
No te angusties conmigo porque me angustias.
Acéptame
como soy. No condiciones tu aceptación a que sea como no soy.
No caigas víctima de tus sentimientos de incompetencia.
No confíes demasiado en lo que parezca. Tengo la desgracia de no
parecer deficiente.
Dirígeme. no me dejes suelto. Si no me diriges me enervo, me
angustio y me aburro.
Ten en cuenta que estoy deprivado estimular y socialmente.
A la larga merece la pena vivir conmigo.
Puesto que tengo un problema serio de intenciones, no me atribuya,
encima, malas intenciones.
No tengo nada personal contra ti.
Sólo
si te comprometes en serio conmigo podrás ayudarme de verdad.
No me pidas que haga siempre las mismas cosas.
Dame instrumentos para que me comunique.
No interpretes que “no quiero” sino que “no puedo”.
Ni mi familia ni yo tenemos la culpa de lo que me pasa.
Ve
paso a paso, no te aceleres.
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