Conocemos el autismo como una serie de trastornos que se caracterizan por diferentes déficits del desarrollo que afectan la socialización, la comunicación,
la imaginación, la planificación y la reciprocidad emocional, y
evidencia conductas repetitivas o inusuales. Los síntomas mas característicos del autismo
son la incapacidad de interacción social, el aislamiento y las
estereotipias (movimientos incontrolados de alguna extremidad,
generalmente las manos).
El autismo se produce generalmente por una anomalía en las conexiones neuronales debida a una mutación genética.
Sin embargo, no en todos los casos de autismo aparece este componente genético, dado que se ha descrito la
implicación de varios factores de riesgo que actúan juntos.
Existen varios
tratamientos para el autismo, pero no todos se han estudiado adecuadamente, sin embargo, las
mejoras en las estrategias para la identificación temprana de la
enfermedad podrán
mejorar la efectividad de los tratamientos actuales.
El bebé con autismo puede pasar desapercibido hasta el cuarto mes de
vida, a partir de ahí, la evolución lingüística queda estancada, no hay
reciprocidad con el interlocutor, ni aparecen las primeras conductas de
comunicación intencionadas, estos síntomas pueden ser claves para la detección temprana del autismo y la mejor efectividad de los tratamientos posteriores.
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